Son 22 vecinos del sector El Seco Alto, en Catemu, los que han participado del Programa Huertos Familiares implementado por Cemin, el que consideró talleres, entrega de materiales para construcción de bancales y acompañamiento durante todo el proceso. Como resultado, dos huerteros vendieron toda su producción, cumpliendo el objetivo principal de esta iniciativa.
Aaron Bugueño, vecino de El Seco, fue uno de ellos. Siempre le gustó el campo, por lo que se motivó a participar del programa en cuanto se lo mencionaron. Asistió a todos los talleres y recibió semillas, almácigos, tierra, compost y dos bancales de 6 metros cuadrados. “Hice la nave artesanalmente con tubos de PVC y abajo puse los bancales. Mi mamá es buena plantando y me ayudó con los cultivos. Ahora están hermosos. Partí con lechugas y zapallos, ahora tengo frutillas, y hasta pensamos en ampliarla para vender suculentas”, señaló.
Con este método, logró cultivar 80 unidades de lechugas en su bancal, las que rápidamente vendió en San Felipe. “Trabajo en un negocio, al lado del centro de diálisis de la comuna. Y como los pacientes deben comer sano, le hice propaganda a mis lechugas y nos fue muy bien”, expresó.
La vecina Alicia Díaz tuvo el mismo éxito con sus cultivos, “las vendí todas en la feria de productores donde participo. Estoy súper agradecida porque siempre pedimos que nos dieran elementos para poder trabajar”. Tiene 15 unidades vendidas y ya prepara 48 más en el semillero que aprendió a usar gracias al Programa Huertos Familiares.
La iniciativa, que busca rescatar la cultura campesina local y permitirles a los vecinos de El Seco producir sus propios vegetales para reducir los gastos familiares en alimentación, está entregándoles, además, herramientas para que ellos emprendan. Para Fernanda Guerra, Subgerente de Asuntos Públicos de Cemin, “esta era la idea final de este proyecto, que tuvieran las capacidades para escalar y transformarlo en una oportunidad de negocio. Estamos muy entusiasmados con el resultado que está teniendo el programa, porque es una forma real de ayudar a las familias a surgir”, señaló.
La semana del 6 de diciembre se cerró la última visita, casa a casa, para ver el estado de avance y uso de la huerta en esta primera etapa del programa, oportunidad en que se informó la continuidad en una segunda versión, la cual les permitirá mantener el ciclo de cultivo y cosecha, y aprender sobre compost y manejo de aguas grises.